FUNDAMENTOS DE
LA AROMATERAPIA
En la actualidad la ciencia ha demostrado que un aceite esencial es más que el ingrediente de un perfume. Desde que se conoce la composición química de los aceites esenciales y las propiedades terapéuticas de sus componentes, se ha desarrollado una disciplina conocida como aromaterapia.
La aromaterapia utiliza los aceites esenciales como una herramienta complementaria para el tratamiento de diversos problemas de salud. Cada aceite esencial es una mezcla compleja de numerosos compuestos orgánicos que generan una gran variedad de efectos en el organismo. Tales efectos pueden ser terapéuticos o tóxicos, dependiendo de la dosis, la forma de administración y la sensibilidad de cada persona.
Las principales formas de administración de los aceites esenciales en la aromaterapia son la vía olfatoria y la vía tópica. También es posible ingerir algunos aceites esenciales, pero se recomienda contar con las indicaciones de un médico para evitar sensibilizaciones, intoxicaciones y otros efectos adversos.
Los aceites esenciales son sustancias complejas, con propiedades medicinales muy potentes como para ingerirlos sin la supervisión de un experto. Por lo tanto, la mayoría de profesionales de la aromaterapia coincide en que las vías de administración más seguras y efectivas son la olfatoria y la tópica.
Los estímulos aromáticos inciden directamente en el sistema nervioso central a través del bulbo olfativo. El aroma viaja a través de las fibras nerviosas hasta el sistema límbico, involucrado en importantes procesos de la vida afectiva, las emociones, la memoria, el aprendizaje, la motivación y varios aspectos del comportamiento. Es así como los estímulos olfatorios pueden incidir en las percepciones, los sentimientos y la conducta de las personas.
Pero las moléculas de los aceites esenciales pueden llegar hasta la sangre, a través de la mucosa nasal y bronquial, para ejercer una acción sobre todo el organismo. Por la vía olfatoria los aceites esenciales se pueden administrar a través de inhalaciones directas del aroma o mediante un difusor que esparcen los componentes del aceite esencial en el ambiente.
Se puede inhalar directamente el aroma del frasco de aceite esencial, usar un dispositivo inhalador o agregar unas gotas en un pañuelo. Los difusores funcionan con tecnología ultrasónica para producir vibraciones que rompen las moléculas de los aceites esenciales en millones de micropartículas y las dispersa en el ambiente de forma homogénea. Las inhalaciones con difusores son ideales para limpiar el aire, despejar el sistema respiratorio o combatir el insomnio, mientras que las inhalaciones directas son más recomendables para mejorar el estado de ánimo o aumentar la concentración.
Por la vía cutánea, los aceites esenciales penetran rápidamente la piel para crear un efecto local en el cuerpo. También pueden llegar hasta el torrente sanguíneo para brindar un efecto general en el organismo. Así, la aromaterapia puede ser aplicada en masajes o baños aromáticos con fines relajantes para el cuerpo y la mente.
Actualmente, la aromaterapia se utiliza con éxito como complemento en tratamientos médicos convencionales, también sirve como alternativa a procedimientos más invasivos. Es especialmente útil para reducir los malestares asociados a enfermedades crónicas, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Esto se debe a la capacidad de varios aceites esenciales para disminuir el dolor corporal y relajar la mente.
En este sentido, los aceites esenciales pueden ser útiles para prevenir o tratar algunas enfermedades comunes. Son grandiosas herramientas naturales con gran poder terapéutico para el bienestar físico y mental. Es por esto que son cada vez más populares para acompañar las rutinas de cuidado personal y promover un estilo de vida más saludable.